Esto haría parte de una primera forma de cuidado en los movimientos del cuerpo, y también da cuenta de las redes de apoyo que se tejen entre ellos y ellas. Dentro de los ejercicios rítmicos, se trabaja mucho la imitación de ritmos y movimientos mediante la dinámica del espejo, que desarrolla la capacidad de estar permanentemente unidos como
grupo, en observación y atención a los movimientos de los y las compañeras, como apoyo colectivo y formas de cuidado. Ya que en los momentos de acción no se para sino que se genera un movimiento continuo que exige atención. concentración y coordinación entre todos y todas.
Todos los ejercicios, a su vez denotan sensibilidad y armonía en el grupo. Los movimientos coordinados de los cuerpos posibilitan formas de cuidado, y de aprendizaje mutuo: “si tú te equivocas, es una manera de aprender juntos, se vive el poder de la amistad, pero al mismo tiempo la preocupación por el otro (a), se escuchan entre ellos (as): “¿Estás bien?, No te preocupes, lo hiciste bien, ¿Lo ensayamos de nuevo?”, narrativas que como observadores nos evidencian cambios en las formas de vida cotidiana de ellos (as) mismos (as). La voluntad se vive, y no simplemente desde “el hacer” como lo vemos en lo cotidiano: aquí la voluntad se vive desde “el sentir”. Los ejercicios pueden llegar a
ser un poco complicados, pero el apoyo, el cuidado entre todos (as), hace que cada uno de forma individual tome las fuerzas y lo intente, el tacto entre ellos posibilita que en un momento determinado se viva el ritmo musical, el apoyo y el poder de la amistad.
c) Formación musical: Ritmos y lectura rítmica; figuras rítmicas.
En ese sentido, el poder de la música posibilita, la movilización social y el lenguaje del tambor el cual es el ritmo que da cuenta de la realidad social.
Durante las acciones de protesta social acompañadas por la batucada, esta logra que la gente se movilice, se una al ritmo y baile. Mucha gente se une y los acompaña, y en un momento ellos llegan a ser la cabeza de la marcha. La presencia de la Batucada logra además integrar y sensibilizar a transeúntes y observadores ajenos a las marchas quienes de diversas formas como siguiendo el ritmo, acompañando por un tiempo el caminar de la batucada, brindan expresiones de apoyo y aprobación.
d) Formación en los lenguajes y códigos de comunicación de la batucada. Dentro de los procesos internos de la Batucada también aparece de modo significativo la construcción de las identidades juveniles, mediante la construcción de sentidos del por qué y el para qué se pertenece a la batucada, y la incorporación de nombres artísticos-políticos que configuran la presencia de cada uno de sus integrantes la construcción de su liderazgo cultural y el relacionamiento entre ellos y ellas y con la sociedad. El nombre artístico o alter ego, permite la creación de un personaje, la puesta
ante la sociedad con multiplicidad de posibilidades de lo que cada uno y cada una puede ser, aprender y expresar. Emergen así nombres como: Ácrata, Cormurán, Bugalú, Pilelé, Ica, Delé, Guacaitac.
Detrás de cada nombre hay una historia y una intencionalidad y un proceso de construcción y deconstrucción personal, artístico y colectivo: Ácrata: Es un término anarquista que significa “Libertaria”, refleja el pensamiento colectivo del pueblo en la perspectiva de una sociedad solidaria-sin estado. Ser ácrata, comenta Lady, implica yo misma. Cormurán es tomado del nombre de un ave llamada Cormorán que tiene características de cuervo y pato. El asociarse a un ave permite la acción de desinhibirse, expresar y superar los límites que en cierto punto. Bugalú: es tomado de la canción Cómo baila Bugalú y tiene el sentido de mostrar partes del ser que por timidez o miedo a las críticas sociales y al juicio, expresar sin temor las propias capacidades artísticas. Pilelé es un nombre compuesto por dos partes Pi de Pipe (Felipe) y lelé de Kilelé. Ica nace de un proceso personal de transformación, de exploración de los aspectos de la personalidad que no han sido explicados, En este caso el Ica es la última parte del nombre de Angélica con la idea de retomar la parte menos reconocida del propio nombre. Delé significa aprendiz de tribu. Delé es un luchador de tribu que lucha contra las injusticias, la mentira, la opresión. Guacaitac es “grito de paz” en Quechua, en contraposición a los gritos de guerra de las organizaciones militares, reivindicando la opción personal y colectiva por la
paz y la no violencia. La batucada viste sus cuerpos de camiseta y pantalón negro, en la parte de adelante esta el logo de “Batu kilelé” y en la parte de atrás el nombre artístico los cuales además representan Dioses de las culturas negras africanas e indigenas y con los cuales se
identifica cada uno(a) de sus integrantes tales como: Kilelé, Surem, Yawidaka, Cormuran, Mochu, Bugalo, Hummus entre otros, pintan sus rostros con formas de colores combinada de escarcha.
Mediante diversas acciones convocantes como pitos, silbidos, danza, toques acompañados de humos de colores, silencios, momentos de quietud, de movimientos lentos y carreras, la batucada despierta el interés, incentiva la participación, y eleva el entusiasmo y el compromiso colectivo, generando un ambiente de unidad y solidaridad entre los presentes. De esta manera irradia la atención y el cuidado colectivo orientado hacia la percepción de unidad y cuidado colectivo en medio de la protesta social. Se genera así la experiencia de cuerpo colectivo en el que las personas que asisten o presencian la movilización se sienten convocadas y animadas.
Cada momento de la coreografía evidencia una intencionalidad pedagógica que busca movilizar de diversas maneras a los participantes o asistentes.
e) Formación social y política que pasa por las reflexiones, diálogos e intercambios en torno a la función social y política de la batucada.
De esta manera muchos de los jóvenes que hoy integran la batucada se acercaron a ella en sus espacios de movilización social. Generando inquietud y preguntas sobre el ser juvenil y el papel de los jóvenes y el arte en la incidencia política juvenil mediante expresiones artísticas no convencionales. La Batucada se ha desarrollado especialmente a través de la autogestión de sus integrantes, desde de la lógica del compromiso y la participación más que desde las lógicas del beneficio o del lucro. Moviliza lo colectivo, la juntanza, el deseo de encontrarse con otros y otras, sentirse, apoyarse y generar procesos de transformación. Esta batucada, se inserta al interior de las trayectorias del uso político del tambor.
Consideraciones finales
En los anteriores procesos de configuración de los usos del arte en la cultura popular para hacer movilización social y transformación de formas de vida cotidiana se evidencia que la acción colectiva BatuKilelé construye una comprensión pedagógica de su accionar que les permite procesos integrales de crecimiento profesional, disciplinar y
social de los(as) integrantes de la banda. En concordancia con lo anterior, se puede constatar con el baile afrobrasileño de la batucada en las calles y demás espacios públicos los procesos de educación emocional y la relación pedagogía y arte.
Estas experiencias al interior de la acción colectiva son las que garantizan la fuerza, la expresividad y el poder de convocatoria en los ejercicios pedagógicos de acompañamiento y animación de la protesta social.
Con el baile afro afrobrasileño de la Batucada como arte para liderar con fuerza, oponerse y vencer la dominación del capitalismo, convierte el odio en amor y armonía, lo convierten en cuidado, y en arte que transforma vidas. Ese es su deseo e interés por la música: llegar a las personas, cambiar vidas, hacer conciencia social, y que desde el amor
se pueda hacer movilización social.
Es precisamente la relación entre la pedagogía y el arte en la batucada la que posibilita la generación de ideas para construir la noción de “la pedagogía del deseo” por parte de sus integrantes: o sea una filosofía para generar motivaciones desde el amor al colectivo y el deseo de pertenecer a él, desde los aprendizajes construidos con el arte, las individualidades, los condicionamientos y los errores.
Otros componentes que permiten apreciar el sentido de las prácticas pedagógicas y politicas que vienen adelantando la batucada en la configuración de los usos del arte son la apropiaciòn y el significado de sí mismos(as) y de sus cuerpos, la creación, fundamentación y argumentación desde este.
De otro lado, la Batucada vive y piensa la interacción, el reconocimiento y el relacionamiento con la comunidad desde el analisis de los contextos a partir de la coyuntura. Ejemplo “la soberanía alimentaria” desde las huertas y las ollas comunitarias, de igual forma el apoyo en los procesos de búsqueda de la verdad, además su presencia y
liderazgo en las dinámicas de los paros nacionales.
Así, la educación comunitaria con sus enfoques de convocatoria, participación y sus intencionalidades transformativas inciden de modo profundo en dicha acción colectiva. Considerando sus prácticas en la línea de las pedagogías de creación colectiva en la que sus integrantes participan colaborativamente en la construcción de las agendas.