Constituyen un punto de llegada y al mismo tiempo de partida en el desarrollo de la Licenciatura en Educación Comunitaria, puesto que surgen de un proceso de reflexión colectiva, de deliberación consciente, de toma de decisiones académicas y de avizoramiento de perspectivas y proyecciones del programa. Se definen como decantación de problemas integradores que responden a las propuestas investigativas de los docentes y de las preguntas y proyectos de práctica pedagógica que emprenden los estudiantes en contacto con los interrogantes y necesidades que se les plantean a los sujetos colectivos con quienes se crean acuerdos o convenios de trabajo conjunto en diversos escenarios y contextos de la realidad social educativa.
Las líneas existentes son:
Educación, territorio y conflicto
La línea se articula a partir de preguntas que surgen de los proyectos educativos comunitarios y el papel de educación en/para los derechos humanos en los que las categorías territorialidad y conflicto están en la base de los procesos culturales, pedagógicos y políticos que instituyen sus protagonistas. Las formas de nucleamiento colectivo, las propuestas de formación que ponen en funcionamiento, los desafíos propios de un enfoque intercultural en estos procesos sociales y formativas son preocupaciones epistémicas y pedagógicas. Los proyectos pedagógicos investigativos que se han adelantado en esta línea los sitúan sobre todo en escenarios y contextos propios de regiones rurales en que comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas han sido afectadas de manera directa por los condicionamientos inherentes al conflicto armado y frente a los cuales las comunidades gestan autónomamente formas de alternativas de convivencia, justicia y paz, y desarrollo regional sostenible. No obstante, en algunos casos la pregunta por el territorio y los conflictos se ha hecho pertinente para procesos que se desarrollan en lo urbano.
Acción colectiva, identidades y poder local
La línea se articula a partir de las preguntas que surgen de los procesos de actuación colectiva/autónoma de organizaciones de base, grupos de mujeres y juveniles, redes y movimientos sociales en los que confluye la formación en/para los derechos humanos, la búsqueda de incidencia en políticas públicas, de exigibilidad de derechos, la participación ciudadana y la movilización social. Los enfoques de género y generacional constituyen claves de indagación por la construcción de identidades y de subjetividades políticas de mujeres y jóvenes, por las nuevas masculinidades y afirmaciones diferenciales de identidades LGTBI. Igualmente, se interroga por los sentidos y formas de empoderamiento de los sectores populares posibilitando la pregunta por las subjetividades políticas y formas de expresión de las ciudadanías críticas que están propiciando los sujetos sociales. Los proyectos que se han adelantado en esta línea tienen lugar sobre todo en contextos urbanos, se conectan de modo particular con las relaciones que establecen los estudiantes, las comunidades y la cultura escolar. No obstante, la pregunta por las identidades y prácticas de género y generacionales cobra cada vez mayor importancia en el trabajo con comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas.
Arte, comunicación y cultura
La línea se articula en torno a la potencialidad educativa que tienen las formas de expresión y creación artísticas en lo literario, escénico, plástico y audiovisual, y las prácticas de comunicación popular como emisoras y periódicos escolares y comunitarios, y escenarios de encuentro, participación y organización comunitarios como bibliotecas comunitarias, festivales, lunadas, conciertos y la conformación de grupos artísticos o recreativos. La creciente importancia del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de nucleamiento colectivo y su carácter performativo y estético, implica la investigación educativa puesto que contribuyen a la creación de comunidades virtuales y estéticas y a la educación en/para los derechos humanos.
Memoria colectiva, corporalidad y prácticas de vida
Esta línea surge y se articula con la indagación de prácticas educativas que procuran el autocuidado y el cuidado del otro para propiciar mejores condiciones de vida personales y colectivas en las comunidades y mejorar cualitativamente la calidad de sus relaciones, su convivencia, su entorno social y natural. El propósito fundamental de la línea es indagar por saberes generados desde epistemologías, cosmovisiones y enfoques diversos, de origen ancestral o académico, pero que tengan en común su aporte a la comprensión, difusión y fortalecimiento de experiencias pedagógicas, políticas y organizativas de autocuidado, de carácter local y comunitario. Son aspectos de especial importancia para esta línea los procesos de construcción de la memoria colectiva, la resignificación de las vivencias, la construcción y reconstrucción de lazos sociales, el fortalecimiento de valores culturales, espirituales y materiales para el cuidado de sí, de los otros, de las comunidades y de la naturaleza.
Escuela, comunidad y territorio
La línea Escuela, comunidad y territorio nace por la necesidad de abordar la vida escolar en la Licenciatura de Educación Comunitaria con énfasis en Derechos Humanos; sin embargo, desde el principio, esta apuesta ha generado una serie de cuestionamientos y tensiones alrededor de una pregunta central: ¿qué le puede aportar la escuela a la construcción de prácticas comunitarias y en Derechos Humanos en el marco de una licenciatura que desde su génesis se propone como alternativa a la educación tradicional? En este sentido, el objetivo principal de la línea es promover la reconstrucción de vínculos comunitarios desde prácticas escolares que vinculen la voz estudiantil y las experiencias vividas de los sujetos escolares con los procesos comunitarios locales y el territorio, de tal manera que las escuelas se constituyan en territorios de posibilidades, resistencia y lucha por los derechos humanos.