A Germán Mariño y Jesús Martín Barbero, quienes tomaron y recrearon a Freire.
In memoriam
En el contexto de la conmemoración del primer centenario del nacimiento del pedagogo brasileño Paulo Freire, el comité editorial de la revista Pedagogía y saberes decidió dedicar su número 55 a la publicación de investigaciones y ensayos que analizaran su obra en general, alguna de ellas en particular, o abordaran temáticas que atravesaron sus escritos y que constituyeron parte fundamental de sus preocupaciones educacionales.
Este homenaje es más que merecido. Sin lugar a duda, es el pedagogo latinoamericano más conocido en el mundo y tal vez sea por ello que la Unesco lo consideró como uno de los grandes educadores del siglo xx y sus aportes se amplían al campo de los estudios sociales críticos [tool_tip tooltip_style=”turnleft” link_text=”Según…” tooltip_content=”Según Elliot G., de la London School of Economics, Pedagogía del oprimido de Freire, fue el tercer libro más citado en el área de las ciencias sociales entre 2005 y 2016.”]. Además de ser declarado “patrono de la educación brasileña” en 2012, cientos de instituciones educativas, teatros, plazas, avenidas, conjuntos residenciales, revistas, bibliotecas, cátedras, centros de investigación, institutos y con- decoraciones, en todo el mundo, llevan su nombre.
Es por ello que, siguiendo a Ítalo Calvino (1993) podemos reconocer a Paulo Freire como un “clásico” del pensamiento pedagógico contemporáneo. Afirma el escritor italiano que “se llama clásicos a los libros que constituyen una riqueza para quien los ha leído y amado, pero que constituyen una riqueza no menor para quien se reserva la suerte de leerlos por primera vez en las mejores condi- ciones para saborearlos” (Tesis 2). En efecto, tanto quienes leyeron las obras de Freire en su juventud, como quienes las leen en su madurez, encuentran en ellas un manantial fresco de ideas que interpelan y convocan a nuevas lecturas.
También Calvino señala que, “los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres)” (Tesis vii, p. 2). Los escritos de Freire, en su lenguaje sencillo —prove- niente de su experiencia como educador popular— generan la sensación de que estamos reconociendo algo que ya sabíamos, que habíamos escuchado o que ya habíamos leído, pero que precisaba ser reiterado, recordado, por la sensatez de lo que contiene.
Afirmación que se reitera en las siguientes senten- cias y que no requieren comentarios: “Toda relectura de un clásico es una lectura de descubrimiento como la primera (Tesis iv, p. 2) y “Toda lectura de un clásico es en realidad una relectura” (Tesis v, p. 2). Además, en el caso de Freire, algunos de sus escritos son una reescritura ampliada de sus ideas fundantes, en cohe- rencia por lo dicho por Calvino en su Tesis vi (p. 2): “Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”. Esta reelaboración permanente de sus ideas también convoca a realizar nuevas lec- turas contextualizadas de su obra, como él mismo insistía: “no me repitan, recréenme”.
En un sentido similar, Calvino afirma que “es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo” (Tesis xiii, p. 5) y “es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone” (Tesis xiv, p. 5). En el caso de la lectura de los escritos de Freire, esta es una sensación permanente: son portadores de sentidos profundos que trascienden el contexto en el que fueron escritos y en el que son leídos; a la vez, son una iluminación para leer y colocarse frente al tiempo presente. El propio Freire (1984, p. 51) afirmaba que el acto de estudiar es una actitud frente al mundo.
También con respecto a la obra de Freire puede acogerse la tesis xii (p. 4) de Calvino: “Un clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él”. Nadie que haya leído a Freire —sea simpatizante o sospechoso de su ideas— puede darse
por desentendido. Su lectura invita a un posiciona- miento propio frente a los temas de los que trata y a sus planteamientos; una buena lectura de Freire con- voca a una escritura, a un pronunciamiento del lector, quien al hacerlo también se transforma en autor.
También Freire, como buen autor clásico, “suscita un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima” (Tesis viii, p. 3). Desde sus primeros escritos, el pensador brasilero fue criticado por otros intelectuales y por actores sociales y políticos; sus ideas no se acomoda- ban a los cánones intelectuales establecidos ni a las ideologías (de derecha e izquierda) predominantes. Así mismo, en la medida que sus escritos fueron circu- lando más allá de los contextos espaciales y temporales iniciales, también fueron objeto de crítica desde otras perspectivas, tanto conservadoras como críticas; en la actualidad, representantes de la extrema derecha brasileña continúan satanizando a Freire.
Más allá de la pertinencia y validez que puedan tener algunos de estos cuestionamientos, el conjunto de la obra de Paulo Freire revive y cobra vigencia para entender y reorientar muchas prácticas educativas y reflexiones pedagógicas en la presente crisis mundial. Sigue invitando a pensar y hacer educación como crítica a las múltiples injusticias que estructuran las sociedades contemporáneas y como posibilidad de imaginar y construir otros mundos posibles para el buen vivir de los seres que habitamos este planeta.
Es por ello que, retomando el texto de convocato- ria a este número de la revista, afirmamos que la obra de Paulo Freire puede ser comprendida, de acuerdo con el título de uno de sus libros, como la sombra frondosa de un árbol donde educadores, investigado- res y profesionales de diferentes áreas se encuentran para continuar el diálogo que él propuso en sus escri- tos. Pero podemos ir más allá de esta imagen y decir que Paulo Freire es un árbol que camina, si acogemos tanto el carácter errante de su propia experiencia vital y de su obra (Kohan, 2020), como de la itinerancia permanente de su pensamiento y su capacidad de para adecuarse al movimiento de la historia.
En efecto, Freire camina y dialoga hoy con quienes desde diferentes prácticas educativas se asumen como sujetos de su devenir, se posicionan frente a sus contextos escolares, sociales e investigativos desde opciones éticas y políticas alternativas a las hegemónicas. Es el caso de los textos que se reúnen en este número de la revista y que toman a Paulo Freire como objeto de su indagación o reflexión o como perspectiva de abordaje de sus preguntas.
En primer lugar, Marcela Gajardo aborda la expe- riencia del exilio del pedagogo brasileño en Chile; a continuación, Walter Kohan, desde la filosofía hace un balance de los modos de recepción del legado de Freire; por su parte, Silvio Gallo y Oscar Espinel ponen en diálogo a Freire con Michel Foucault desde algunos conceptos estructurantes de su producción, y Gutiérrez lo confronta con Pierre Bourdieu en torno a la relación educación comunicación para identificarla como ámbito estratégico de la acción política, la libe- ración y la resistencia.
Por otra parte, otros artículos convocan a Freire al presente, sea para dialogar con las narrativas de profesores en tiempos de pandemia (Araujo, Trini- dade y Borges), o a navegar por la hiperrealidad de las redes sociales y el mundo virtual (Martín Hurtado y González Novoa). Así mismo, Carvalho Duarte y Marcos Neira hacen un balance de la presencia del pedagogo brasileño en el campo intelectual de la educación Física.
Este número de la revista también cuenta con otros artículos de investigación de especial inte- rés: un estudio de caso sobre las reformas en la evaluación de los aprendizajes escolares, desde la perspectiva de los estudios de gubernamentalidad (Tosoni); el análisis sobre la distribución desigual de los saberes en tiempos de capitalismo flexible a partir de los sentidos de los y las estudiantes sobre la formación en escuelas secundarias (Guzmán y Langer); y los resultados de la investigación que analiza los aportes de una propuesta de formación de profesores para la enseñanza de las ciencias a través de la investigación para promover la iniciación científica de los estudiantes (Camargo de Lima et ál). Igualmente, se incluye un artículo de reflexión de Narváez, quien problematiza cómo desde la alfabetización mediática se privilegian las habilidades operativas y el adiestramiento, en detrimento de las competencias culturales y la educación. Finalmente, en calidad de homenaje, se incluye el texto “El alegorista. Homenaje al educador popular”, presentado por Ruíz, en el acto de entrega del doctorado Honoris causa a Marco Raúl Mejía. Y por su relevancia, se cierra con la traducción del artículo “Perspectivas de la filosofía de la educación” (Wilson), elaborada por Moreno, en la que se destaca su papel como una disciplina lógica de gran importancia para la teoría y la práctica educativa.
Desde ya anunciamos la continuidad con el próximo número, que también estará dedicado a rendir tributo a la obra de Freire.
Referencias
Calvino, I. (1993). Por qué leer los clásicos. Tusquets (Mar- ginales, 122).
Elliot G. (2016). ¿What are the most cited publications in the socials sciences according to google scholar? https:// blogs.lse.ac.uk/impactofsocialsciences/
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Siglo xxi editores.
Freire, P. (1984). La importancia de leer y el proceso de liberación. Siglo xxi editores.
Kohan, W. (2020). Freire más que nunca: una biografía filosófica. Clacso.
Alfonso Torres Carrillo
Profesor Universidad Pedagógica Nacional